Es seguro que no es fácil escribir sin faltas de ortografía, pero quizá sea más difícil escribir aposta con alguna errata o falta de puntuación, pues bien por ignorancia o descuido, o por saberse en el error es sencillamente complejo escribir.

Pero aún más complicado es utilizar la escritura como una entidad propiamente plástica, donde lo fundamental es mantener su carácter semántico, pero excluyendo la ortodoxia sintáctica, y que a la vez sea capaz de completar una representación ajustada a una imagen única de impacto visual, propia de la disciplina pictórica.

Así es Federico Eguía, reivindicando “la libertad está en la poesía”, o lo que es lo mismo “Poesía y libertad”, haciéndolo en forma de retrato caligráfico.