A la gente corriente nos es fácil caer en la autocomplacencia y el olvido, así como llegar a pensar que disponemos de una verdad infusa. En nuestra ignorancia ensalzamos todo aquello que nos una a lo estándar y vulgar. Qué se le va a hacer, tenemos tanto miedo a la unicidad y al ridículo, que ahí nos sentimos seguros.

Pero develar sandios es una de las consecuencias residuales del arte y a la Laura Dominguez se le da de perlas poner en evidencia acontecimientos colectivos que puedan devenir en experiencia intrapersonal, y lo que conlleva de producción de trastorno; tanto en el sentido positivo de crecimiento, como negativo de embobamiento.

Laura Domínguez es versátil, prolífica y usa herramientas conceptuales, es decir todo aquello que admiramos en alguien que se dedique a la creación, y con esto nos ha retrotraído a “CONFIN⬭MIENTO”, una experiencia estética donde poner en orden alguna de nuestras fobias y revisar también nuestros logros, si es que los hubiera.