Hace poco comenté de la obra de Rosa Guerrero que tanto desarrollaba la exaltación como la plegaria, pues en su procedimiento reúne la referencia literaria, proveniente normalmente de haikus japoneses, sentencias sufís o aforismos existenciales con el concepto estético de una poderosa geometría que se muestra, tan resistente como frágil y tan flexible como vigorosa, pudiendo decir de ella que es algo orgánica, alejada del tiralíneas.

En esta conjunción radica ese arte no figurativo que a la vez tiene tanto que ver con la realidad. Y esto es así de la misma forma que la magia sin realmente existir se proyecta en la mente de los humanos, donde termina realmente existiendo aunque sólo sea como anhelo de entender algo más que lo obvio.